Había una alegría incontenida en el ambiente, y una energía muy especial. Era la primera vez que en mucho tiempo que los expositores participantes en Organic Food Iberia abandonaban su burbuja virtual para participar en una feria de las de toda la vida. Esas ferias en las que se dan muestras de vino, jamón, y lo que se tercie y se hace “networking” a la antigua usanza: cara a cara. Y esa alegría se me contagió al instante en cuanto crucé el umbral del pabellón 8 de IFEMA.
No había oído hablar antes de este certamen hasta que recibí la invitación, y al buscar información al respecto entendí por qué. Es una feria joven, la primera edición tuvo lugar en 2019, que vio truncados sus pasos el año pasado debido a las restricciones pandémicas.
Organic Food Iberia de hecho es una feria de carácter internacional, organizada por la empresa Diversified Communications UK en colaboración con IFEMA, y que también se celebra en Australia, Suecia e Inglaterra. En la actualidad España está viviendo una eclosión de producción de agricultura y ganadería ecológica, y era lógico que contara con su evento propio.
De hecho, según datos de los organizadores, España cultiva en la actualidad 2 millones de hectáreas de productos ecológicos, la mayor superficie de Europa y es el cuarto productor de agricultura ecológica del mundo. El consumo de productos orgánicos en España creció el último año un 20% y ya estamos alcanzando los niveles de otros países del norte del continente.
España cultiva en la actualidad dos millones de hectáreas de productos ecológicos, la mayor superficie de Europa
En una feria de este tipo, lo mejor es pasear e ir dejándote llevar por tu intuición, y esto es lo que hice, sabiendo que era imposible visitar todos los stands. Empecé esta vez en modo inverso, cuando mi interés me hizo empezar primero por el postre y parar en el puesto de helado de la empresa Runakay, que es pionera en la producción de helados artesanales y veganos. He de decir que el nombre no es lo más acertado del producto, ya que es poco pegadizo y te recuerda a una tienda de deportes, pero los helados están riquísimos.
Me atendió muy amablemente Manuel Sánchez, delegado de la empresa en Madrid, que me dio a probar el sorbete de mango, muy rico y el de horchata con stracciatella que definitivamente se ganó mi corazón, porque aúna dos de mis sabores favoritos. Afortunadamente ya se distribuye en Madrid y puedo encontrarlo en mi supermercado de confianza, así que a partir de hora está incluido en mi cesta de la compra.
Después me topé con un interesante rincón designado para “haga una cata de vino usted mismo”, con una selección de vinos ecológicos de las bodegas participantes. De todos ellos los más interesantes me parecieron Granza crianza 2015, elaborado con tinta de toro por bodega Cyan perteneciente al grupo Matarromera. Ya he tomado nota para mis próximas compras.
De hecho la DO Jumilla ha tenido un papel destacado en esta feria, con un stand dedicado íntegramente a sus vinos. La respuesta está en sus particulares condiciones geográficas,, en transición entre el clima mediterráneo y las llanuras manchegas. Y el elevado número de horas de sol y su notable altitud, entre 320 y 900 metros, características que le confieren una resistencia natural a plagas diversas. De hecho en la actualidad el 70% del vino que se produce en Jumilla es ecológico. Y además, se producen vinos con mi uva favorita, la Syrah, además de su uva autóctona, la Monastrell. Un ejemplo es Numun de bodegas BSI.
Mi siguiente parada fue la bodega Dehesa de Luna, también situada en la zona de Albacete. He de reconocer que atraída por el olor del jamón ibérico con el que estaban agasajando a los visitantes. Pero esta finca es mucho más que jamón. Situada en un enclave único rodeada de 2.800 hectáreas de naturaleza, lleva 15 años creando vinos ecológicos de sus viñas centenarias y protegiendo la fauna y flora que la rodea.
Dando un descanso al vino, me topé con una bebida más desconocida en España y llena de propiedades saludables. La ginger beer, que a diferencia de su compañero el ginger ale, se produce por fermentación como la cerveza tradicional. En California el jengibre es una especia más que familiar, y una compañía artesanal y de comercio justo de allí, The Ginger People, por fin acaba de llegar a España con sus productos hechos con jengibre ecológico. Además de esta bebida hay productos muy interesantes, como sirope de jengibre ideal para hacer unas tortitas saludables y con aire zen.
Mención aparte requiere una finca tan especial como Dehesa el Milagro. Detrás de una empresa con un nombre tan sugerente está Blanca Entrecanales Domecq, que hace algo más de una década convirtió una mezcla de sueño, utopía, y la búsqueda de una vida tranquila en lo que hoy es una empresa asentada e innovadora. El proyecto de esta finca ecológica nació en Alcañizo (Toledo) con la intención de tratar a la Naturaleza con el máximo respeto para que ésta a su vez nos devuelva productos saludables y de calidad máxima. En la finca tratan de autoabastecerse al máximo mediante un ciclo de producción cerrado en el que se alimenta al ganado con pastos y piensos propios y en el que se respetan al máximo los productos de temporada.
La intención de su creadora también era hacer partícipes a los consumidores de la excelencia producida por la tierra. Por ello su objetivo es eliminar intermediaros en la cadena de distribución, y por ello se pueden comprar sus productos online. Sus últimos lanzamientos son una línea de productos preparados como carne para tacos, muy rica, y también el pollo relleno ecológico con el que ganaron el premio al mejor producto innovador. Habrá que tenerlo en el radar para las festividades que vienen.
Dos interesantes paradas aún me quedaban para acabar mi tourné por Organic Food Iberia. Las conservas ecológicas Monjardin, una empresa familiar de la ribera Navarra que lleva más de 50 años elaborando productos de calidad y otro de mis productos favoritos y que ahora está empezando a pegar fuerte en España, la kombucha.
La primera empresa en el país en elaborarlos de forma artesanal fue Mun Ferments con su producto Kombutxa, creada por Jordi Dalmau en Mataró en 2015. La kombucha, una bebida habitual en los estudios de yoga del Oeste de EEUU, es una bebida fermentada probiótica a partir de té verde que mejora la flora intestinal y promueve la desintoxicación del organismo y además es un refresco guilty free ya que su composición de azúcares y alcohol es muy baja.
En resumen, una ruta muy interesante que aunó tradición e innovación. Porque no solo son compatibles, sino que son la combinación del éxito.
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