Dos Michelín, concretamente. En realidad, no le pertenecen a él sino a Smoked Room. Su primo mayor en Madrid acaba de hacer historia al conseguir este reconocimiento con algo menos de seis meses de vida. Lo que empezó con “qué podríamos hacer con este rinconcito que nos ha quedado al diseñar Leña”, un restaurante dedicado a las brasas, se ha convertido en la gran revelación de final de año.

Pero hablemos de Casa Dani, que para eso estamos aquí. La nueva aventura de nuestro talentoso y ubicuo chef se inauguró el pasado sábado en la ciudad que nunca duerme. Y no quiere saber nada de alta cocina. Tras la experiencia fallida de Manzanilla, que cerró en 2014, García se quita la espinita recurriendo a la Andalucía de su infancia y a los grandes clásicos. Pero revisitados y presentados de una forma moderna y estéticamente impactante.

De hecho, lo primero que te viene la cabeza tras ver su interiorismo, obra de David Rockwell, es la Marbella hippie de los 70 y de las fiestas de Gunilla Von Bismarck. Pero con las cortinas de ganchillo y los potos colgantes que tenía tu abuela en el salón. Y de nuevo, la combinación funciona a la perfección porque es glamurosa y casera a la vez, como su cocina.

Un menú muy Mediterráneo

En el menú tiene un especial protagonismo el Mediterráneo. Sus pescados, mariscos y arroces. Y tiene un apartado especial el atún, que para mí es uno de los elementos que borda y que viene importado de España en todas sus versiones: croquetas, carpaccio, tartar y morrillo a la sal.  

Me pregunto si los neoyorquinos sabrán apreciar un producto tan especial. Confío en que sí. De hecho, el chef ha comentado que “proveerse de ingredientes españoles es más sencillo que hace unos años”. Siempre he pensado que es uno de los más grandes retos a los que se enfrentan los restaurantes españoles en el extranjero. Porque nuestra cocina es de producto y no tiene donde esconderse si éste no es de primera calidad.

Además de los frutos del mar, no faltan grandes clásicos como la tortilla de patata, el brioche de rabo de toro, una de sus grandes tapas clásicas, y las croquetas de jamón. Y todo ello con vinos muy interesantes dando especial protagonismo al sur. No podría ser de otro modo. Y por lo que he podido ver en el menú, los precios son muy ajustados para la calidad de los ingredientes. La prensa ha recibido con los brazos abiertos estas dos propuestas. Confiemos en que los vaivenes de la pandemia no le pongan muy cuesta arriba echar raíces esta vez.

García tiene previsto viajar allí a menudo, donde también acaba de abrir El Pollo Verde, un restaurante de comida rápida saludable y mediterráneo. Algo me hace pensar que su aventura americana no ha hecho más que empezar.

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Precio: 50-80 $